Ticio, de Tiziano (1550)
La figura del castigo de Prometeo en el arte inicialmente tuvo un comienzo un tanto negativo por su rebeldía hacia lo divino, y gracias al archiconocido Renacimiento esta imagen dio un cambio algo radical. Quizás la obra más influyente en cuanto a las representaciones de Prometeo fue Ticio (1550), de Tiziano Veccelio. Aunque teóricamente representa al titán Ticio, hay varias teorías que afirman que realmente Tiziano representó a Prometeo. Sea quien sea el personaje representado en esta obra, es cierto que ha sido la imagen más influyente de Prometeo. Se muestra como el titán es castigado de forma cruel por el águila mientras cae por unas rocas, y a pesar del gran dolor que está sufriendo, su cara no muestra un gesto compungido, con lo cual se muestra a un titán digno que recuerda a los Santos Mártires. Grandes artistas como Rubens tomaron esta obra como influencia directa para las futuras representaciones de Prometeo. Pero claro, no todo va a ser negativo en esta visión más moderna de Prometeo como personaje ayudante de la humanidad: en la obra maestra de Mary Shelley, Frankestein (1818), se muestra claramente como el progreso de la humanidad puede conllevar grandes desastres. En la actualidad, la figura de Prometeo sigue siendo una imagen importante debido a la defensa moderna de este personaje. Su imagen ha traspasado todas las barreras artísticas inimaginables: se puede encontrar pintura referente a Prometeo, esculturas, libros que lo mencionan literalmente o de forma alegórica, películas y videojuegos. Los videojuegos, un medio artístico de ocio dirigido a las masas, han sabido aprovechar a la perfección la mitología grecorromana para crear juegos de fantasía con una base argumental sólida y rica en matices culturales.
Un claro ejemplo de cómo aprovechar la cultura clásica griega transformándola en un videojuego se trata de la popular saga God of War. A modo de sinopsis, esta saga fue creada por los estudios SCE Santa Monica Studio para la compañía japonesa Sony. Su primer juego apareció en el año 2005 para PlayStation 2. Su protagonista principal hasta la fecha es Kratos, un semidios espartano que decide vengarse de varios dioses debido a que por culpa de Ares acabó asesinando mujer y a su hija. En toda la saga aparecen dioses y personajes mitológicos griegos sin cesar: algunos se tratan de enemigos (la mayoría de los dioses) y otros le ayudarán a su misión (como es el caso de Atenea, diosa que siempre estará con él). Algunos personajes mitológicos que no pertenecen al campo de los dioses participan de una forma un tanto ambigua, con un papel que ronda entre el bien y el mal, y como no, el titán Prometeo es uno de los personajes que aparecen en esta saga. Prometeo aparece exactamente en la segunda parte oficial de la saga aparecida en el año 2007, God of War II: Divine Retribution, título programado por el mismo estudio anteriormente mencionado y lanzado también para la misma consola. Kratos, el protagonista, se encuentra a Prometeo cerca de la guarida de Tifón, titán del viento (exactamente, se encuentra en el brazo de Tifón). La imagen que el juego muestra de Prometeo es básicamente la imagen más reproducida desde el renacimiento hasta ahora: se trata de Prometeo encadenado a una gran roca con el águila picoteando en su cuerpo. Pero en este caso el sufrimiento de Prometeo se plasma de forma totalmente literal ya que se trata de una imagen en movimiento en la cual los creadores se centraron en plasmar el horror que sufre este personaje de una forma muy peculiar. Las influencias de algunas de las obras analizadas anteriormente no se quedan nada cortas en esta escena. Prometeo es un personaje atormentado y encadenado como el titán de la obra de Tiziano y aparece sobre una roca, algo básico que sin mencionar el nombre del personaje permite al espectador reconocerlo como tal. Sin embargo, y en comparación a las otras obras analizadas, Prometeo no aparece como un joven vigoroso y musculoso, algo que si mostraban tanto las obras de Tiziano, como las de Rubens y los demás artistas mencionados. En este juego, la imagen de Prometeo la protagoniza un hombre al parecer algo mayor el cual se encuentra en un estado deplorable. Entre sus cabellos y barbas se pueden divisar algunas canas y además su postura es completamente estática y en línea recta. No se encuentra en el suelo retorciéndose de dolor como los otros Prometeos que se han visto con anterioridad, algo que parece remitir a las obras artísticas de la Grecia Antigua que se analizaron en primer lugar en este proyecto. Por lo tanto, estéticamente no se muestra a un Prometeo demasiado vitalista, simplemente se presenta de una forma dramática y victimista, no como un personaje rebelde. Algo más anecdótico es como se representa el águila en el juego en comparación a las obras anteriores. Lejos del realismo que presentan las águilas de Tiziano, o Rombouts, esta águila es gigante, algo que dota de cierto componente épico y espectacular a la tortura de Prometeo: se destaca el tamaño enorme de su pico y su mirada extremadamente agresiva. Además, no es un ave oscura: es de color blanco. Por lo tanto, formalmente este Prometeo no muestra una imagen demasiado positiva ni parece tener fuerzas para seguir aguantando su eterno tormento. Por otra parte, se debe mencionar el protagonismo que este personaje tiene en el juego. Cuando el jugador se encuentra a Prometeo, éste cumple las expectativas de personaje débil: en un extenso diálogo con Kratos, le pide que lo libere de su tormento, con lo cual muestra su debilidad ante el personaje. El hecho de que pida clemencia contrasta con el Prometeo que plasma Goethe, el cual se trata de un Prometeo enérgico en su tormento que desafía a los dioses y no quiere pedir perdón por el “error” de haber llevado el fuego a los mortales. Aun así, Kratos parece ver en él un espejo de su propia alma debido a su rebeldía hacía los dioses del Olimpo, y aunque el protagonista acaba matándolo en lugar de liberarlo (cae accidentalmente encima de unas llamas), las cenizas de Prometeo le otorgarán a Kratos un poder llamado “Ira de los Titanes”, el cual hace una referencia sutil a la actitud de los titanes -en especial a la de Prometeo- hacia los dioses olímpicos que dictaban las normas morales en Grecia.
En conclusión, aunque este Prometeo virtual no represente precisamente la imagen de un personaje fuerte y luchador a primera vista, es un personaje positivo ya que con su muerte su antigua fuerza luchadora es traspasada a través de sus cenizas al protagonista del juego para que pueda esquivar de forma eficaz todos los obstáculos que se le presenten en su camino. Al fin y al cabo, toda la humanidad ha heredado la curiosidad de Prometeo, y gracias a ello se han conseguido romper muchas de las cadenas que ataban metas aparentemente imposibles.
____________________________________________________________________________
NOTA DE LA AUTORA: En este breve ensayo acabamos de ver como un único videojuego incluye mitología clásica y arte en términos generales. Como aficionada a los videojuegos y estudiante de Humanidades, estoy cansada de ver como muchas personas del círculo de la alta cultura desprecian, acribillan y acusan de banales a los videojuegos, cuando muchos de ellos son verdaderas obras de arte con un equipo de trabajo artístico- cultural enorme detrás de ellos. Incluyendo este ensayo en un trabajo de una asignatura de arte teóricamente seria ha sido todo un orgullo para mí y un posible “zasca” en la boca de más de una persona “culta”. ¡Espero que os haya gustado mucho!